¿Qué es?
Es una proteína molecular soluble en agua incolora e inodora producida por la bacteria Clostridium Botulinum.
El uso de la Toxina Botulínica se inició entre los años sesenta y setenta por el Doctor Alan Scott para el tratamiento del estrabismo y de ahí su uso en medicina estética. Es uno de los procedimientos más comunes que se realizan en la actualidad.
¿Cómo actúa la Toxina Botulínica?
La Toxina Botulínica o Botox actúa sobre las terminaciones nerviosas produciendo una parálisis neuromuscular de 6 a 8 meses lo cual hace que desaparezcan las arrugas y otorga a la piel una apariencia más juvenil y lozana en el ser humano. El efecto aparece al segundo o tercer día y, al cabo de una semana se completa el tratamiento.
¿Quiénes pueden usar Botox?
Mediante una evaluación médica su uso está indicado para usuarios que presenten trastornos oftalmológicos, bruxismo funcional, hiperhidrosis axilar, palmar, plantar y migraña.
Hoy en día su uso en tratamientos estéticos ofrece los mejores resultados para eliminar las arrugas frontales, del entrecejo, patas de gallo, elevación de cejas, etc.
¿Quiénes no deben usar?
Mujeres embarazadas, lactancia, personas con inestabilidad afectiva.
¿Cómo se aplica?
Su aplicación es con agujas muy finas por lo cual es indolora, solo produce un discreto enrojecimiento o hematomas localizados en la zona tratada por los pinchazos, inmediatamente paraliza las fibras musculares en que se inyecta lo cual dura unos 4 a 6 meses por lo que es eficaz en el tratamiento de las arrugas de expresión.
Una vez aplicado se recomienda no hacer movimientos bruscos antes de las 72 horas ni presión en la zona donde se infiltra por 12 horas.